Vida
Eso de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir.
Porque no es lo mismo que vivir... Honrar la vida.
(Eladia Blázquez)

AHORA ES EL MOMENTO
Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después de casarnos, después de tener un hijo y después de tener otro. Entonces, nos sentimos frustrados de que los hijos no son lo suficientemente grandes y que seremos más felices cuando salgan de esta etapa.
Nos decimos que nuestra vida estará completa cuando a nuestro esposo(a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor auto o una mejor casa, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados. La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que ahora.
Una de las frases más apreciadas es la de Alfred D.Souza, quien dijo: "Por largo tiempo me parecía que la vida estaba a punto de comenzar. La vida de
verdad... Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, alguna deuda que pagar. Entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta que esos obstáculos eran mi vida".
Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad. La felicidad "es" el camino. Así que atesora cada momento que tienes y atesóralo más cuando lo viviste con alguien especial, lo suficiente especial para
compartir tu tiempo y recuerda el tiempo no espera a nadie.
Así que deja de esperar hasta que termines la facultad, hasta que te aumenten el sueldo, hasta que bajes 10 kilos, hasta que te cases, hasta que tengas
hijos, hasta que tus hijos se vayan de casa, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento para ser feliz. La felicidad es un trayecto, no un destino.
Así que trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido y baila como si nadie te estuviera viendo.

DESIDERATA
Anda plácidamente entre el ruido y la prisa y recuerda que paz puede haber en el silencio.
Vive en buenos términos con todas las personas, todo lo que puedas sin rendirte.
Di tu verdad tranquila y claramente, escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante, ellos también tienen su historia.
Evita las personas ruidosas y agresivas sin vejaciones al espíritu.
Si te comparas con otros puedes volverte vanidoso y amargo porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus logros así como de tus planes, mantén el interés en tu propia carrera, aunque sea humilde. Es una verdadera posesión en las cambiantes fortunas del tiempo.
Usa la precaución en tus negocios porque el mundo está lleno de trampas, pero no por eso te niegues a la virtud que pueda existir, mucha gente lucha por altos ideales, y en todas partes la vida está llena de heroísmo.
Sé tu mismo, especialmente no finjas afectos, tampoco seas cínico respecto del amor, porque frente a toda aridez y desencanto, el amor es perenne como la hierba.
Recoge mansamente el consejo de los años renunciando graciosamente a las cosas de la juventud.
Nutre tu fuerza espiritual para que te proteja de la desgracia repentina, pero no te angusties con fantasías. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Junto con una sana disciplina, sé amable contigo mismo, tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas. Tú tienes derecho a estar aquí y te resulte evidente o no, sin duda el universo se desenvuelve como debe.
Por lo tanto, mantente en paz con Dios de cualquier modo que lo concibas y cualquiera sean tus trabajos y aspiraciones.
Mantén, en la ruidosa confusión, paz con tu alma. Con todas sus farsas y sueños rotos, este sigue siendo un mundo hermoso.
Ten cuidado, esfuérzate en ser feliz.

EL CARPINTERO Y LA CASA

Un carpintero ya entrado en años estaba listo para retirarse. Le dijo a su jefe de sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida más placentera con su esposa y disfrutar de su familia. Él iba a extrañar su cheque mensual, pero necesitaba retirarse. Ellos superarían esta etapa de alguna manera.
El jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y le pidió que si podría construir sólo una casa más, como un favor personal. El carpintero accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el corazón en su trabajo. Utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era deficiente. Era una desafortunada manera de terminar su carrera. Cuando el carpintero terminó su trabajo y su jefe fue a inspeccionar la casa, el jefe le extendió al carpintero, las llaves de la puerta principal.
"Ésta es tu casa," - dijo, "es mi regalo para ti.”
¡Qué tragedia! ¡Qué pena! Si solamente el carpintero hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera totalmente diferente. Ahora tendría que vivir en la casa que construyó "no muy
bien" que digamos.
Nosotros podemos estar igual. Construimos nuestras vidas de manera
distraída, reaccionando cuando deberíamos actuar, dispuestos a poner en ello
menos que lo mejor. En puntos  importantes, no ponemos lo mejor de nosotros en nuestro trabajo. Entonces con pena vemos la situación que hemos creado y encontramos que estamos viviendo en la casa que hemos  construido. Si lo
hubiéramos sabido antes, la habríamos hecho diferente.

EL SENTIDO DE LA VIDA
(Santa Teresa)

Vivir es llegar a donde todo comienza;
amar es ir a donde nada termina.

Vive como si fuera temprano;
reflexiona como si fuera tarde.

Siente lo que dices con cariño;
di lo que piensas con esperanza;
piensa lo que haces con fe;
haz lo que debes con amor.

La vida revela la verdad;
la verdad nos ilumina el camino;
el camino nos conduce a amar;
el amor nos hace vivir.

La razón del amar
la encontramos viviendo;
el sentido de vivir
lo encontramos amando.

La caridad cala,
como el agua en la grieta de la piedra,
y acaba por romper la resistencia más dura.

LA VIDA
(Beata Teresa de Calcuta)
La vida es oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózalo.
La vida es un misterio, devélalo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, domínala.
La vida es aventura, arrástrala.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es vida, defiéndela.


LAS PIEDRAS GRANDES
Cierto día un motivador experto estaba dando una conferencia a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaron.
Parado frente al auditorio de gente muy exitosa dijo: “Quisiera hacerles un pequeño examen”. De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio, de boca ancha y lo puso sobre la mesa; luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y comenzó a colocar una por una en el jarro.
Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más rocas, preguntó al auditorio: “¿Está lleno este jarro?” Todos los asistentes dijeron que sí. Entonces dijo: “¿Están seguros?” “Sí”, respondió la audiencia.
Entonces, de debajo de la mesa, sacó un balde con piedras más pequeñas; las comenzó a colocar una por una en el jarro hasta que quedaron bien acomodadas, luego de una pequeña sacudida del jarro, en los huecos dejados por las piedras grandes. Cuando hubo hecho esto, preguntó una vez más: “¿Está lleno este jarro?” Esta vez el auditorio supo lo que vendría y uno de los asistentes respondió en voz alta: “Probablemente no”.
“Muy bien”, contestó el expositor y de debajo de la mesa sacó un balde con arena y comenzó a echarlo en el balde hasta que la arena se acomodó entre las piedras y las rocas. Una vez más el expositor preguntó: “¿Está lleno este jarro?” Esta vez, varias personas respondieron a coro: “¡No!”
“Muy bien”, contestó el expositor y una vez más sacó de debajo de la mesa una jarra con agua. Comenzó a echar el agua al jarro que contenía las rocas, piedras y arena hasta que estuviera lleno. Cuando terminó, miró al auditorio y una vez más preguntó: “¿Está lleno este jarro?” A lo que todo el mundo respondió: “Sí”.
“¿Cuál creen que es la enseñanza de esta demostración?” Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: “La enseñanza es que no importa qué tan lleno esté tu horario; si lo intentas siempre podrás incluir más cosas.”
“No, esa no es la enseñanza”, replicó el expositor. “La verdad es que esta demostración nos enseña lo siguiente: Si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento. ¿Cuáles son las piedras grandes en tu vida? ¿Un proyecto que tú deseas hacer funcionar? ¿Tiempo con tu familia? ¿Tu fe, tu educación? ¿Alguna causa que desees apoyar? ¿Enseñar lo que sabes a otros? Recuerda poner estas piedras grandes primero o luego no encontrarás lugar para ellas. Así que hoy en la noche o mañana al despertar, cuando te acuerdes de esta pequeña anécdota, pregúntate a ti mismo: ¿Cuáles son las piedras grandes en tu vida? Y corre a ponerlas primero en tu jarro.”

NO ESTÁS DEPRIMIDO
(Facundo Cabral)
No estás deprimido, estás distraído. Distraído de la vida que te puebla,  distraído de la vida que te  rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos. 
No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano, cuando  en el mundo hay 5,600 millones. Además, no es tan malo vivir solo. Yo la  paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la  soledad me conozco..., algo fundamental para vivir.
No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el Éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los 90, sólo por citar dos casos conocidos.
No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada.
Además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas..., te aliviana para que vueles más alto,  para que alcances la plenitud.
De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.
No perdiste a nadie. El que murió, simplemente se nos adelantó, porque  para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte..., hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que  la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con  demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados.
Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está  benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será y llegará naturalmente. 
No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin  esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 o 4 meses de vida.
Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo. A ti debes hacerte  libre y feliz. Después podrás compartir la  vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo". Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que  estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición. Además, la felicidad no es un derecho, sino un deber; porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio.
Un  solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó matar a seis  millones de hermanos judíos.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que   sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.
Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: si  te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)..., y si le ganas, serás más humilde, más agradecido... por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.
No estas deprimido, estas desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese  niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes: te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te  darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida.
Vale la pena, ¿verdad?
Si Dios tuviera una heladera, tendría tu foto pegada en ella.
Si Él tuviera una cartera, tu foto estaría dentro de ella.
Él te manda flores cada primavera.
Él te manda un amanecer cada mañana.
Cada vez que tú quieres hablar, él te escucha.
El puede vivir en cualquier parte del universo, pero él escogió tu corazón.
Enfréntalo, amigo ¡Él está loco por ti!
Dios no te prometió días sin dolor, risa sin tristeza, sol sin lluvia, pero él sí prometió fuerzas para cada día, consuelo para las  lágrimas, y luz para el camino.
Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y un razones por las cuales sonreír.

NO TE DETENGAS
(Walt Whitman)
 
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros "poetas muertos", te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros.
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas....
 
 

NOS ACOSTUMBRAMOS A VIVIR
Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que
no sea las ventanas de alrededor. Y porque no tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera. Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas. Y porque no abrimos del todo las cortinas luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz. Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde. A tomar café corriendo porque estamos atrasados. A leer el diario en el ómnibus porque no podemos perder tiempo. A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar. A salir del trabajo porque ya es la noche. A dormir en el ómnibus porque estamos cansados. A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a esperar el día entero y oír en el teléfono: "hoy no puedo ir". "A ver cuando nos vemos". "La semana que viene nos juntamos". A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta. A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
Si el cine esta lleno, nos sentamos en la primera fila y torcemos un poco el cuello. Si el trabajo esta complicado, nos consolamos pensando en el fin de
semana. Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de guita, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida. Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.
Alguien dijo alguna vez: "La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja”.

45 LECCIONES PARA LA VIDA
(Regina Brett, 90 años de edad)

Para celebrar la llegada a mi edad avanzada, una vez escribí las 45 lecciones que la vida me ha enseñado. Es la columna más solicitada que jamás había escrito.
1. La vida no es justa, pero aún así es buena.
2. Ante la duda, sólo toma el siguiente paso pequeño.
3. La vida es demasiada corta para perder el tiempo odiando a alguien.
4. Tu trabajo no te cuidará cuando estés enfermo. Tus amigos y familia sí. Mantente en contacto.
5. Paga tus tarjetas de crédito cada mes.
6. No tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo en no estar de acuerdo.
7. Llora con alguien. Alivia más que llorar solo.
8. Está bien si te enojas con Dios. Él lo puede soportar.
9. Ahorra para el retiro comenzando con tu primer sueldo.
10. Cuando se trata de chocolate, la resistencia es inútil.
11. Haz las paces con tu pasado para que no arruine el presente.
12. Está bien permitir que tus niños te vean llorar.
13. No compares tu vida con otros. No tienes ni idea de lo que se trata su travesía.
14. Si una relación tiene que ser secreta, no debes estar en ella.
15. Todo puede cambiar en un parpadear de ojos. Pero no te preocupes, Dios nunca parpadea.
16. Respira profundamente. Esto calma la mente.
17. Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o gozoso.
18. Si algo no te mata, en realidad te hace más fuerte.
19. Nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz. Pero la segunda depende de ti y de nadie más.
20. Cuando se trata de ir tras aquello que amas en la vida, no aceptes un “no” por respuesta.
21. Enciende las velitas, utiliza las sábanas bonitas, ponte la lencería cara. No la guardes para una ocasión especial. Hoy es especial.
22. Prepárate de más, y después sigue la corriente.
23. Sé excéntrico ahora. No te esperes a ser viejo para usar el morado.
24. El órgano sexual más importante es el cerebro.
25. Nadie está a cargo de tu felicidad, más que tú.
26. Encuadra todo aquello llamado “desastre” con estas palabras: “En cinco años, ¿esto importará?”
27. Siempre elige vida.
28. Perdónale todo a todos.
29. Lo que las otras personas piensen de ti no te incumbe.
30. El tiempo sana casi todo. Dale tiempo al tiempo.
31. Por más buena o mala que sea una situación, algún día cambiará.
32. No te tomes tan en serio. Los demás no lo hacen.
33. Cree en los milagros.
34. Dios te ama por lo que Dios es, no por lo que hayas hecho o dejado de hacer.
35. No audites la vida. Sólo llega y aprovéchala al máximo hoy.
36. Llegar a viejo es mejor que la alternativa a morir joven.
37. Tus niños sólo tienen una niñez.
38. Todo lo que verdaderamente importa al final es que hayas amado.
39. Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas partes.
40. Si todos apiláramos nuestros problemas y viéramos los pilones de los demás, rápidamente arrebataríamos de regreso los nuestros.
41. La envidia es una pérdida de tiempo. Tú ya tienes todo lo que necesitas.
42. Lo mejor está aún por llegar.
43. No importa cómo te sientas… párate, arréglate y preséntate.
44. Cede.
45. La vida no está envuelta con un moño, pero sigue siendo un regalo.