Cambio
"El necio se resigna a todo y no cambia nada. El rebelde protesta contra todo y deja todo como está. El sabio lo acepta todo y después cambia lo que puede." (R. Trossero).
ANÉCDOTA TAOÍSTA DE LA ANTIGUA CHINA
Cuando Yen Ho iba a hacerse cargo de sus obligaciones como tutor del heredero de Ling, Duque de Wei, pidió consejo a Ch’u Po Yu.
- Tengo que tratar con un hombre de disposición depravada y asesina. ¿Cómo puede tratarse a un hombre de esta clase?
- Me alegro – dijo Ch’u Po Yu – que me lo hayas preguntado. Lo primero que tienes que hacer no es mejorarlo a él, sino mejorarte a ti mismo.
DESHACERSE DE LA VACA (UNA METÁFORA)
Un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comento al aprendiz sobre la importancia de las visitas, también de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias.
Llegando al lugar, constató la pobreza del sitio. Los habitantes eran una pareja y tres hijos, en una casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le pregunto:
- En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni tampoco lugares de comercio. ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?
El señor calmadamente respondió:
- Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.
El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, se dio vuelta hacia su fiel discípulo y le ordenó:
- Busque la vaquita, llévela al precipicio de allí enfrente y empújela al barranco.
El joven espantado vio al maestro y le cuestiono sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Mas como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujo la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedo grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años.
Un día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar
a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con una tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia hubiese tenido que vender el terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y, llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático. El joven preguntó por la familia que vivía allí hace unos cuatro años, y el señor respondió que seguían viviendo allí. Espantado, el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita):
-¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?
El señor entusiasmado le respondió:
- Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.
Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra sobrevivencia, la cual es una convivencia con la rutina. Nos hace dependientes, y la vida se reduce a lo que la vaquita nos puede proporcionar.
Descubre cual es tu vaquita y aprovecha para empujarla por el precipicio.
LA BARRERA DEL SONIDO
(Fuente: Club de la Efectividad)
El piloto Chuck Yeager (1923) inició la era de los vuelos supersónicos el 14 de octubre de 1947, cuando rompió la barrera del sonido... aquella especie de "muro de ladrillos invisibles".
Algunos científicos prominentes parecían disponer de ciertos "datos sólidos" respecto a que esa barrera era impenetrable. Otros predijeron taxativamente que tanto el avión como el piloto se desintegrarían cuando alcanzaran la velocidad Mach1, o que el piloto perdería la voz, retrocedería en edad, o recibiría fuertes golpes.
A pesar de ello, ese día histórico Yeager alcanzó una velocidad de vuelo de 1126 kilómetros por hora (Mach1.06) en su avión Bell Aviation X-1. Tres semanas después alcanzó Mach1.35 y seis años más tarde voló a la increíble velocidad de 2594 kilómetros por hora (Mach2.44) con su X-15, poniéndole fin al mito de la barrera impenetrable.
En su autobiografía, Yeaguer escribe:
"Cuanto más rápido iba, más suave se hacía el vuelo. Repentinamente, el indicador de Mach comenzó a oscilar. Subió hasta 0.965 y luego saltó en la escala. ¡Creí que estaba viendo visiones! Estaba volando a velocidad supersónica y el vuelo era tan suave como el trasero de un bebé: mi abuela hubiese podido ir sentada allá atrás, sorbiendo una limonada... Yo estaba estupefacto.
Después de tanta ansiedad y de tantas prevenciones, romper la barrera del sonido, lo desconocido, era sólo una incursión a través de una especie de gelatina espacial, como circular en una autopista perfectamente pavimentada.
Más tarde comprendí que esa misión había terminado en una decepción, porque la verdadera barrera no estaba en el cielo, sino en nuestros conocimientos y en nuestras experiencias acerca del vuelo supersónico".
La humanidad ya ha "roto" la barrera del sonido, pero enfrenta todavía un obstáculo que muchos consideran más difícil de superar: ¿La velocidad de la luz? ¡No!: "La barrera del humano". En la actualidad, romper la "barrera humana" o status-quo es, para muchos, tan difícil como lo era hace cuatro décadas romper la "barrera del sonido" para los ingenieros aeronáuticos.
Muchas personas necesitan dar un salto cuantitativo en sus vidas y hacer un saludable cambio en sus hábitos, una modificación importante en sus directrices. Para lograr romper con los viejos hábitos y elaborar otros nuevos, se debe aprender -al igual que en la aviación- a manejar las fuerzas restrictivas y a aprovechar las fuerzas impulsoras.
Superar la inercia del pasado depende, en gran medida, de disponer de una clara identidad y un sólido fin. De saber quién es usted y qué es lo que quiere llevar a cabo.
CRISIS
(Albert Einstein)
No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.
Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y sus penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque en crisis todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.